Décimo paso del éxito: GRACIA

Date cuenta de que la vida es un circuito de retroalimentación.


La vida es tu circuito de retroalimentación. Fortaleces dentro de ti mismo las mismas cosas que fortaleces en otros. Este hecho clínico tiene unas implicaciones enormes. La conclusión obvia que se ha de sacar, por lo tanto, es que te conviene apoyar de manera consistente lo que es positivo en los demás.


Decimos que ciertas personas son negativas y otras positivas como si fuera accidental. No es accidental en absoluto. Esto es una demostración fácilmente observable del hecho clínico que acabamos de mencionar.

 

 

Si escuchamos las conversaciones de la gente, veremos que algunas personas participan en habladurías,
y describen todos los aspectos negativos que pueden de las vidas de otros y de lo que pasa en el mundo. No se dan cuenta de que están reforzando esos mismos aspectos dentro de sí mismos.

 


Cuando yo era muy joven, mi abuela —a quien todos consideraban una santa— solía decir:

"Si no tienes algo bueno que decir sobre alguien, entonces no digas nada".

Le di vueltas a esta frase durante muchos años.

 

Después de tener experiencia clínica como psiquiatra, cuando pude ver el resultado de aplicar este principio, empecé a entender a qué se refería.


Este es el principio siguiente: apoya el éxito de otros de todas las maneras que puedas.

 

Esto también significa reconocer sus éxitos, lo cual tiende a reforzar lo positivo no solo en ellos, sino también en ti. No se trata de adular manipulativamente, sino más bien de un aprecio genuino por las características positivas de todo aquel con quien te encuentras, incluyendo los empleados de un comercio, los camareros, los miembros de la familia, los amigos, los invitados, los conocidos y las personas que tal vez solo conozcas de pasada. Este es un entrenamiento valioso que te enseña a buscar lo positivo.

 


Este método te lleva a una actitud de "dar" en lugar de "conseguir". Todos los que nos rodean reaccionan inconscientemente a diversas actitudes. Cualquier persona sabe a nivel consciente o inconsciente cuando alguien quiere "conseguir" algo de ella. Se pone en guardia, está atenta, se resiste. Si hasta los animales pueden detectar esto, podemos estar seguros de que los humanos, que estamos mucho más evolucionados, también lo notamos.


Muchas personas se resisten a adoptar una actitud de dar porque obedecen a la ecuación de que "dar es perder". No entienden el mecanismo de retroalimentación; por lo tanto, no dedican el tiempo suficiente a descubrir que siempre recibimos más de lo que damos.

 

El éxito tiende a amplificarse automáticamente.

 

 

Es como una bola de nieve que adquiere inercia y se va haciendo más grande a medida que rueda cuesta abajo sin ningún esfuerzo. Cada vez que creas un buen sentimiento en los demás, se sienten agradecidos y desarrollan una buena actitud hacia ti, lo que cambia completamente la naturaleza de tu vida.


Decimos que algunas personas parecen vivir una vida encantadora. Olvidamos que esto se debe a que se preocupan de mostrarse encantadores con los demás. Mostrarse encantador es una actitud interna. No es oportunista, ni manipulativo, ni se hace para obtener una ganancia. No están intentando encantarnos para que
les demos algo. Más bien, es un reflejo verdadero de la naturaleza de esas personas.


Para entender esta cualidad, nunca hagas un "favor" a otros. ¿Por qué? Porque, en realidad, hacer un favor es una manipulación. Es un trato en el que esperas algo a cambio. Si después de haber hecho algo por alguien sientes que esa persona tiene una obligación contigo, tu acto ha perdido todo el sentido.

 

Dar significa no esperar nada a cambio.

 


Esta última afirmación es de crucial importancia. Observaremos fácilmente que lo que la mayoría de la gente trata de hacer es comprar la aprobación de otros o manipularlos para que estén en deuda.

 

"Yo he hecho esto por ti; ahora tú tienes que hacer eso por mí".

 

Esta posición manipulativa, de intercambio y regateo, acaba en resentimientos, de modo que a menudo oímos: "Después de todo lo que yo he hecho por él".

 

¿Quién quiere que le arreglen la dentadura gratis si eso va acompañado por la expectativa de que cuidarás del perro del dentista cuando se vaya de vacaciones?


Cuando realmente haces algo por alguna otra persona, lo haces sin expectativas de obtener ningún tipo de retorno, ni siquiera reconocimiento. Lo haces por cuidar de otro ser humano, porque estás contribuyendo a la calidad de la vida misma.

 

Este es un secreto interno al que solo llegamos a través de una profunda comprensión de que cuando sustentamos la vida, la vida, a su vez, nos sustenta a nosotros. Sin duda, esto suena filosófico, pero es una conclusión a la que llegaremos a través de la observación interna y la experiencia.

 

 

 

 

 

 

Extracto del libro "La Explicación del Mapa de la Consciencia" del Dr. David R. Hawkins.

 

Añadir comentario

Comentarios

Todavía no hay comentarios