
Decide a qué cualidad tienes la intención de servir en otros, y sé consciente de que aquello a lo que sirvas en otros es exactamente lo que tú manifestarás.
Atraes hacia ti aquello a lo que sirves. Es imposible servir a dos amos. No puedes llegar a ser fuerte estando al servicio de la debilidad humana. Te vuelves fuerte sustentando la fuerza. Te vuelves dinámico cuando sustentas la vivacidad de otros. Te vuelves grande cuando sustentas la grandeza de otros. Te vuelves hermoso cuando sustentas la belleza de la vida.
Si actúas verdaderamente desde el corazón, no tienes que preocuparte por el éxito. El mundo te amará, te será leal, te sustentará y te perdonará todos los errores.
Para demostrarlo, podemos examinar un ejemplo de grandeza. La Madre Teresa (cal. 710) es una de las grandes historias de éxito de nuestro tiempo.
Ella era una pequeña mujer de cuarenta kilos que no gastaba dinero en publicidad, estrategias de marketing o promoción, no tenía un equipo de ventas ni creadores de imagen de la Avenida Madison y nadie le escribía los discursos. Sin embargo, lo único que tenía que hacer era mover un dedo y recaudaba montones de millones. Las multitudes la seguían. La gente viajaba miles de kilómetros, y permanecían de pie al sol o bajo la lluvia, doliéndoles los pies, para poder verla un momento.
¿Cuál era su magia?
¿Era una celebridad?
¿Se trataba de que era famosa?
No, eso solo era el A→B→C de ello. Más bien, la gente tenía la esperanza de verla brevemente, o de estar unos momentos en su presencia, para experimentar su ABC.
Lo que querían experimentar era su "presencia".
No había publicidad, marketing, creación de imagen, y, sin embargo, se han escrito muchos libros sobre ella.
Tenía fans en todo el mundo. Ganó el premio Nobel y era aclamada internacionalmente como una de las personas más grandes de nuestro tiempo.
La grandeza de la Madre Teresa y su poder surgía porque ella se dirigía a las cualidades más nobles de la naturaleza humana: el amor incondicional, y la compasión libre de juicio.
Ella exhibía el corazón de corazones, aunque era pequeña y estaba arrugada, encorvada, y no tenía dinero y posesiones. Había una larga lista de personas que querían unirse a ella. De hecho, la gente tenía que pasar un largo periodo de pruebas y trabajar duramente durante ocho años para ver si estaba cualificada para unirse a su organización.
Obviamente, ella estaba en el nivel de un maestro. Había superado a todos.
¿Cómo ocurrió? ¿Por su caridad?
Hay muchas personas caritativas en el mundo.
¿Por hacer el bien?
No. Hay muchísimos hacedores del bien profesionales. Y no ganan el Premio Nobel.
¿Por su bondad?
No. Hay muchas personas bondadosas en el mundo.
¿Por qué se alzaba por encima de todos ellos?
Era porque su alineamiento, compromiso, dedicación y sacrificio personal habían llegado a un nivel que solo puede describirse como devoción.
Cuando alguien dedica su vida a manifestar el principio de la verdad universal, esa persona se vuelve magnética. Desarrolla el poder de atracción. Lo que tiene y lo que hace es secundario con respecto a lo que es.
Es esa cualidad, que el mundo reconoce en ellos, a lo que denominamos éxito.
¿Qué era lo que la Madre Teresa reconocía en otros y, al hacerlo, lo manifestaba magníficamente para que todos lo viéramos en ella?
Cuando atendía a los pobres, a los enfermos y a los moribundos en las calles de Calcuta, ¿estaba tratando de salvarlos de la muerte? ¿Estaba tratando de recabar fondos para los pobres? No. A lo que atendía y lo que reconocía era la verdad intrínseca de la dignidad, el valor, la valía, la nobleza, la grandeza, y la amabilidad del ser humano.
Estas cualidades son intrínsecas a cada ser humano, por más abismal que pueda parecer su situación en la vida externa.
Ella se apropiaba y reconocía por ellos aquello de lo que ellos no habían sido capaces de reconocer en sí mismos. En consecuencia, actuaba como un espejo para ellos. Al mirarla, veían reflejado lo que ellos habían negado: la grandeza de la existencia de su propio ser. Incluso los que están más abajo del abajo merecen el respeto de reconocer la dignidad intrínseca del ser humano. Compartir la experiencia humana es transformador. Habiendo visto esto dentro de sí mismos, habiendo sido testigos de ello, y habiendo conocido esta verdad al verla reflejada en sus ojos, morían con una sonrisa en el rostro y en estado de beatitud.
Esto es verdadero poder.
Extracto del libro "La Explicación del Mapa de la Consciencia" del Dr. David R. Hawkins.
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