Reflexiona:
¿Lo que quieres hacer es necesario para alguien?
¿Es verdaderamente un servicio al mundo?
Tienes que estar seguro de que aquello en lo que vas a entrar no es solo tu proyecto favorito ni tu preferencia personal.
El aderezo para ensalada de vinagreta de frambuesa puede ser una idea de alta cocina de algún chef, pero ese gusto personal no va a ser necesariamente compartido por buena parte de la población. Los clientes pueden venir al restaurante una vez o dos por curiosidad y después no volver nunca, pero como en realidad solo querían el aderezo normal, ni siquiera lo eligieron. En consecuencia, nos daremos cuenta de que esos negocios pueden ser principalmente para turistas y no atraer a los lugareños, porque la demanda es limitada. No están al servicio de una necesidad real, aparte de la idea de ser bello, único o diferente.
Podemos aplicar este paso a cualquier área de la vida preguntándonos:
¿Estoy imponiendo mi propia preferencia personal o se trata de algo que realmente satisface la necesidad de la gente con al que me relaciono?
Extraído de "La Explicación del Mapa de la Consciencia" del Dr. David R. Hawkins
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