Aceleramiento Kármico

¿Te has dado cuenta de cuán deprisa está yendo la vida? 

 

Hoy en día todo se mueve muy rápido, todo pasa muy rápido. Encontramos pareja, nos enamoramos, tenemos unos años felices, nos casamos, tenemos hijos y a los años ya estamos cansados el uno del otro; entonces nos separamos, divorcio, tramitación de custodia y cada uno por su lado. Y en menos de lo que canta un gallo ya estamos en pareja otra vez. Al igual pasa con los trabajos, ya casi nadie pasa toda una vida en un mismo puesto de trabajo. Ídem de lo mismo con la casa en la que vivimos, estamos unos años en ella y a los años ya queremos mudarnos, otra casa, otro lugar. La monotonía nos aburre.

 

Antes, nuestros padres (me refiero si estos son +60), nuestros abuelos y todos nuestros ancestros tenían vidas muy diferentes.

 

Antes la gente se casaba para toda la vida, los trabajos eran para toda la vida, y las casas eran para toda la vida. El círculo de amigos era el mismo, la misma rutina, hasta el destino de vacaciones era el mismo. Eso de viajar a otro país era cosa de ricos, y lo de viajar a otro continente ya ni te cuento.

 

Ahora, la vida es otra. Ahora tratamos de no repetir destino de vacaciones. Ahora hacemos viajes largos. Viajar es accesible. Pero por ahí no va la cosa. De lo que hoy quiero hablar es que tiene que ver la rapidez de la vida actual con el aceleramiento kármico.

 

La humanidad ha vivido a lo largo de toda su historia en niveles de consciencia negativos, hasta finales de agosto de 1987, dónde se entró por primera vez en un nivel de consciencia de integridad. Esto no es un dato a tomar a la ligera, porque como humanidad esto implica todo un salto cuántico.

 

Los niveles de consciencia, como bien viene reflejado en el  mapa-de-la-conciencia.jpeg , por debajo de 200, o sea, no integridad, son fuerza. Estar por debajo del nivel 200 quiere decir que somos vulnerables al orgullo, a la ira, al deseo, al miedo, al sufrimiento, a la apatía, a la culpa y a la vergüenza. Estas emociones siguen estando en nuestra vida, pero ya no tienen la fuerza de atraparnos y quedarnos estancados ahí; porque como bien se puede ver en el mapa, por debajo de 200 la fuerza nos atrae hacia abajo; sin embargo, el hecho de que como humanidad estemos experimentando un nivel general por encima de 200 quiere decir que, si bien, esas emociones aparecen ya no somos víctimas de ellas, porque en los niveles de poder estamos siendo impulsados hacia los niveles superiores. Y es ahí donde entra el aceleramiento kármico.

 

La sombra, tanto la individual como la del inconsciente colectivo, es lo que refiere a todo lo que se ha experimentado en los niveles de consciencia de no integridad, por debajo de 200; ahora que estamos como prevalente en un nivel de poder, quiere decir que estamos capacitados para ver la sombra de otra manera. Digamos que sería verla conscientemente. Ahora que hay consciencia en nosotros, podemos ver con comprensión compasiva toda esa sombra, reconocerla como algo innato del ego y amarla, lo que trae su trascendencia. Y cuanto más amamos nuestra humanidad, más enraizados en el Ser estamos, lo que paradógicamente hace que siga emergiendo más sombra para observar, comprender compasivamente y amar. Y por consiguiente más se expande nuestro nivel de consciencia.

 

Algo que cada vez hacemos más, porque cada vez elegimos más el perdonar que el odiar y el resentimiento. Porque sabemos que el perdón trae paz, y todos estamos deseosos de vivir en paz y armonía en vez de seguir alimentando la separación que trae consigo el rencor.

 

El odio es un veneno que tomamos nosotros esperando que el otro se envenene. 

 

Todos hemos experimentado el alivio que trae el perdón. Cuanto más perdonamos y nos perdonamos, más libres nos sentimos. 

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